Intente elegir un vuelo directo
Así evitará problemas con las conexiones, posibles retrasos en los vuelos y un mayor riesgo de pérdida de equipaje. El seguro puede protegerle de muchos de estos problemas, pero no puede evitarle a usted y a su hijo el estrés. Si no puede evitar una escala, considere la posibilidad de hacer una pausa entre vuelos; por ejemplo, pasar la noche en un hotel o en una pensión. Puede resultar más caro, pero le ahorrará mucha energía.

Puede que merezca la pena plantearse vuelos nocturnos, ya que así tendrá la posibilidad de que los niños duerman durante la mayor parte del viaje. Pero todo es individual: quizá su hijo tenga un sueño delicado o le cueste dormirse en un lugar desconocido. Si es así, hay que evitar los vuelos nocturnos para no alterar la rutina y molestar al resto de los pasajeros.

Prepare su silla de auto
Puedes llevarla en cabina si es apta para su uso en el avión; encontrarás información al respecto en la documentación o en una pegatina especial. Algunos transportistas proporcionan un capazo, pero debe reservarse al menos 36 horas antes de la salida.

Si lleva un cochecito, puede utilizarlo en el aeropuerto hasta la pasarela. Incluso puede llevar uno pequeño a bordo, es mejor que compruebe el tamaño permitido con la compañía aérea. Por ejemplo, algunas compañías consideran como tal un cochecito con parámetros de 42 x 50 x 20 cm. Ten en cuenta que deberás obtener una etiqueta de equipaje especial para él en facturación.

Explique a su hijo lo que le espera
Esto es especialmente importante si es la primera vez que viaja. ¿Qué es un avión? ¿Qué hacen en los aeropuertos? ¿Por qué hay que facturar? ¿Cómo comportarse y qué esperar a bordo? Cuanto más sepa tu hijo, menos abrumadora será la experiencia.

Para facilitar la comprensión de las explicaciones, puedes mostrarle un episodio de la película de dibujos animados «Los tres gatos». En él, los personajes recorren paso a paso los pasos para subir a un avión y afrontar el miedo a volar.

Pide comida para el bebé con antelación
Muchas compañías aéreas la proporcionan durante el vuelo, normalmente puré de patatas, zumo o leche. A menudo se puede llevar la comida del bebé a bordo; no se tiene en cuenta en la medida del equipaje de mano, pero es mejor consultarlo con la compañía.

Para los niños de hasta dos años, suele estar permitido llevar una cantidad ilimitada de leche de fórmula, purés, fruta y papillas. Y si el niño es aún muy pequeño y usted le da el pecho, no está de más llevar una funda especial.

Llévate todo lo que necesites
Un chupete, chicles o piruletas pueden evitarte taponamientos de oídos en el despegue y el aterrizaje. Pequeñas bolsas de basura, una muda, toallitas, pañales, un peluche favorito, un desinfectante y medicamentos como analgésicos y spray nasal pueden ser útiles a bordo.

Para mantener a tu hijo entretenido durante el viaje, descarga sus dibujos animados favoritos en su smartphone o tableta; asegúrate de cargar sus aparatos. Y si el vuelo es largo, no está de más llevar una fuente de alimentación.

Manténgase activo antes del vuelo y no olvide el baño
Intente que su hijo esté activo antes de embarcar. La mayoría de los aeropuertos disponen de zonas infantiles especiales para ello. Si está cansado, es más probable que duerma profundamente durante el vuelo.

Otro aspecto importante de la preparación es ir al baño. Hay que actuar de forma estratégica. Explique a su hijo que no será posible ir al baño al principio del vuelo, por lo que tiene sentido hacer una visita preventiva en el aeropuerto. Y si vuela con niños pequeños, lleve pañales de repuesto.